Sonríe...

Su recuerdo en una foto; mascotas que nos cambian la vida.

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¡Hola Distrito Foto!

Una mascota sin duda nos cambia nuestra vida; nos da más diversión, nos motiva a hacer ejercicio, nos reduce el estrés y lo mejor es que ganamos un compañero fiel. Interactuar con algún animalito aporta beneficios emocionales a toda la familia, desde los niños pequeños hasta los adultos mayores.

Muchos de nosotros hemos tenido algún contacto con una mascota, y esos momentos se vuelven valiosos recuerdos a los que quisiéramos siempre regresar. Los vínculos de amistad se vuelven muy fuertes y siempre una bonita foto en alguna pared de la casa es elemental para mostrar que ese ser peludo ya es parte de nuestra familia.

Este último año he tenido la fortuna de convivir con dos singulares canes. Cada uno tiene una historia y con su ejemplo he aprendido diferentes lecciones, les presento una breve historia de Nala y Dande.

1.-Nala:

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Es un dogo de burdeos, llegó a casa de un mes de nacida, sus ojos eran azules y su pelaje muy suave. A los dos meses salió a jugar al jardín, pero un gato se atravesó en su camino y lo persiguió hasta la caseta de policía que se encontraba al otro lado de la calle. Un coche pasaba justo por ahí en el momento que Nala bajaba la banqueta y pasó lo inevitable: su pata izquierda quedó debajo de la llanta.

Una cachorra de tres meses soportando casi una tonelada en su patita. Fuimos al veterinario, y había malos pronósticos para ella, su centros de crecimiento se dañaron. La tuvimos inmovilizada un mes, y entró a cirugía al siguiente. Yo solo me sentía mal por Nala porque a su edad lo único que tenía que hacer era jugar. Lo más sorprendente fue su resistencia al dolor, rara vez se quejaba, y a todos saludaba. Fue una gran lección de fortaleza y estoicismo.

Hasta los 11 meses recuperó su patita, pero esta experiencia nos unió muy fuerte. Gané una gran compañía y guardiana al grado que cuando voy por la calle y alguien me dice un piropo callejero de mal gusto, Nala siempre me defiende ahuyentandolos con su gran ladrido que asusta.

2.- Dande:

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Dande era un pomeriano muy simpático de dos meses. Siempre estaba dormido, comiendo o jugando. Una bolita de pelos tan delicada como un diente de león, pero tan resistente como un muro de concreto.

Al ser un cachorro le tocaban sus vacunas de rutina, el moquillo fue la primera. El veterinario no supo inyectarlo y le atravesó un órgano de su cuerpo. A la semana comenzó a sentirse enfermo, tenía fiebre y lloraba mucho, efectivamente, se había contaminado de la vacuna. El veterinario dijo que no la libraría, pero mi papá lo cuidó hasta el último aliento.

Dande luchaba por su vida. Un cachorro de dos meses que duró enfermo de moquillo casi todo un mes, pero no se rendía, sus patitas traseras le temblaban cada que quería tomar agua y aún así hacía gracias de jugueteo. Desafortunadamente la enfermedad pudo más. Pero la lección de la perseverancia y la lucha por la vida nos marcó a toda la familia.

Hoy tengo dos fotografías en mi comedor de estos seres tan únicos, y siempre que las miro me siento feliz por haberlos conocido.

Espero que tu también tengas un animalito especial que te haya cambiado la vida para bien. Y si aún no la tienes sácale una hermosa foto. La fotografía es el mejor herramienta para poder retenerlos en nuestro corazón y en nuestra repisa del comedor.

Nosotros te podemos ayudar fotografiando a tu animalito, nos encanta sacar fotografías de mascotas. ¡No dudes en llamarnos!

 

Saludos,

 

Rubí Hurtado

Directora/Fotógrafa

Distrito Foto

rubi.hurtado@distritofoto.com

 

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